UN CASO SANGRANTE
Hace unos años Abbey Bank encargó un estudio sobre las leyes españolas en materia de ejecución de prestamos. Los ingleses quedaron muy impresionados de nuestras leyes y decidieron, en parte gracias a ese informe, desembarcar en España y comenzar su actividad hipotecaria y financiera, pero llegó la crisis inmobiliaria de los noventa (una raquítica crisis si la comparamos con la actual) los prestatarios comenzaron a incumplir sus obligaciones, los bancoa a instar la ejecución de sus préstamos y los juzgados ¡ah, los juzgados!... a colapsarse, como es lógico en este país.
JUSTICIA VA UNIDA A EFICACIA
Las ejecuciones se alargaron durante años y los ejecutivos de Abbey se tiraban de los pelos viendo como perdían el tiempo y el dimero en pleitos que nunca terminaban. Ni que decir tiene que Abbey Natinal Bank salió de aquí en cuanto pudo como alma que lleva el diablo y eso pasa con muchas empresas y particulares extranjeros que a la mínima disfunción (y no estamos hablando de nimiedades) salen y no vuelven.
Si las intituciones judiciales de un país no funcionan correcta y eficazmente entonces las leyes no importa si son buenas o malas, la injusticia y la indefension campea por sus respetos y el capital emigra a otros lugares.
La ineficacia de nuestro sistema judicial, contribuye a nuestro descrédito y a nuestro empobrecimiento.
