EL CONFLICTO LEGAL
Los derechos pueden entrar en conflicto por multitud de razones pero lo absurdo del caso que nos ocupa es que las autoridades, que deben velar por que los conflictos no surjan, hayan procurado todo lo contrario: hayan buscado que los problemas entre dos grupos distintos estallen con la mayor intensidad posible.
Naturalmente los problemas no tardaron en llegar : Todos hemos podido ver en la televisión como a un policía se le iba la mano con una de las manifestantes anti-papa.
LA GRAN HOSTIA
Eso si que es una hostia y no las que dan los y, además, muy bien merecidas. Todos nos hemos quedado con ganas de soltar la mano a uno de esos indignados/indignantes (gracias Arcadi por este retruécano linguístico y la reflexión filosófica correspondiente) aunque estuvieramos en la butaca de nuestro salón mientras veíamos las imágenes de acoso al joven-católico, por cierto que no hemos visto ni la mitad de lo que realmete ocurrió.
¿Todos? No, al menos uno resistió a la doctrina del dejar hacer de Rubalcaba y tuvo el arrojo de plantarle una sonora bofetada a una histérica manifestante, seguramente para que se callara y dejara de torturar sus oídos con sus chillidos necios.
LA GRAN RECOMPENSA
El policía está expedientado y se enfrenta a penas de suspensión de empleo y sueldo. Tuvo la mala suerte de ser filmado por una cadena de televisión y toda la pléyade de corifeos del pensamiento único de lo políticamente correcto se ha apresurado a poner el grito en el cielo.
Las hostias que recibieron los de la JMJ, los insultos, los escupitajos que les lanzaron los "correctos" manifestantes anti-papa no tendran castigo.
Esperemos que el gobierno de inútiles que permite estas cosas en nuestra capital y en otras ciudades de España si tenga el castigo que merece en las urnas, el próximo 20N.
